Fernando Elizondo y Eugenio Clariond presionaron y lograron que gobierno del ‘Bronco’ cancelara obras que hubieran evitado los actuales cortes de agua.
Los principales responsables de frenar una alternativa que hoy nos daría agua en Nuevo León, y que era la del acueducto al río Pánuco, tienen nombre y apellido: Fernando Elizondo Barragán y Eugenio Clariond Reyes-Retana.
Estos dos personajes, junto con organizaciones vinculadas a ellos, presionaron y operaron para desprestigiarlo y «satanizarlo» hasta que eventualmente el entonces gobernador, Jaime Rodríguez, canceló la obra llamada en ese entonces «Monterrey VI», criticando su esquema financiero -que sencillamente podría haberse cambiado- pero además argumentando que la obra era «innecesaria» aunque, según voces, realmente lo politizaron, obedeciendo además a intereses de empresas particulares que buscaban ganar los nuevos contratos para extraer agua.
Elizondo Barragán aseguró que no se necesitaba traer agua de otra cuenca, afirmando que «había suficiente» en el estado, bandera con la que criticó al gobierno saliente de Rodrigo Medina, lo que hace pensar que sus intenciones eran más bien políticas, pues poco después de esas declaraciones, obtuvo la candidatura a la gubernatura por MC, para al final abdicar en favor de Jaime Rodríguez «El Bronco», quien hoy está preso en el penal de Apodaca acusado de uso de recursos de procedencia ilícita en su campaña del 2018.
El 22 de marzo de 2015, el entonces candidato de MC a la gubernatura de Nuevo León, Fernando Elizondo, aseguró: «No se necesita un proyecto de estas dimensiones, ni una fuente alternativa de agua… se desperdicia mucha agua».
Por su parte, Clariond Reyes-Retana era presidente del Fondo Metropolitano del Agua (FMA), organización que en 2015 también fustigó el proyecto hidrológico Monterrey VI; voces sospechan que las industrias que están detrás de esa organización querían ser parte del proyecto y no lo eran.
Y es que, a la par, muchos otros expertos en hidrología calificaban al proyecto entonces -y también lo hacen ahora- como la única alternativa viable para garantizar el abasto a largo plazo del vital líquido en Nuevo León.
El 4 de febrero de 2015, Eugenio Clariond, puntualizó: «no necesitamos esa agua, no al menos en el futuro previsible… sería una inversión nefasta».
Sin embargo, ahora, que ya son reales los cortes de agua por la intensa sequía y que el gobernador Samuel García también admite que la mejor opción -y la única viable a la largo plazo- es un acueducto desde el Pánuco, ambos políticos han optado por la comodidad del silencio.
El exdiputado local del PAN, Fernando Elizondo Ortiz, dijo que su papá no daría entrevistas.
«Fíjese que por el momento no está dando entrevistas, pero le agradecemos mucho el interés», contestó Elizondo Ortiz vía WhatsApp.
En tanto, Eugenio Clariond Reyes-Retana no contestó por ninguna vía los llamados para entrevista.
Este empresario combatió a Monterrey VI a través del denominado Fondo Metropolitano del Agua (FMA), ahora llamado Fondo Ambiental Metropolitano, y Elizondo Barragán lo secundó como precandidato y candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León.
En 2015, Clariond Reyes-Retana presentó un estudio de la ONG internacional The Nature Conservancy (TNC), el cual enfatizaba dos puntos: que supuestamente el río Pánuco, afluente desde el cual se traería agua a la entidad, tenía déficit del líquido, y que Nuevo León no requería más abasto hasta después del año 2025.
Como alternativa, dijo entonces Clariond Reyes-Retana, TNC recomendaba tres mecanismos para asegurar la capacidad hídrica de Monterrey: incentivar el ahorro por consumo, uso eficiente y sostenible y la conservación de las fuentes de agua.
A estos dos personajes se sumaron otras ONG´s como el entonces Frente Nacional Ciudadano, de Gilberto Lozano, y Reforestación Extrema, de Cosijoopii Montero.
«Cuántas veces ha dicho ‘El Bronco’ que va para atrás Monterrey VI y luego en la noche dice que sí va, y luego al día siguiente dice que no otra vez», dijo Lozano en una protesta que encabezó el Palacio de Gobierno el 25 de enero del 2016.
Pero sobre todo esto, el pasado 16 de febrero de este año, el propio gobernador Samuel García reconoció el proyecto como la única solución para garantizar el abasto en la urbe y dijo que va para adelante.
«Nuevo León tiene hoy una fuerte sequía y requerimos que de esos 15 metros cúbicos que ya tenemos permisionados (para que) de manera urgente lleguen cinco; pero hay otros 10 que pueden ayudar a la región, que pueden ayudar a la frontera, a Tamaulipas, a Saltillo, que pueden ayudar a cumplir los acuerdos con el tratado de aguas, que pueden ir vía Río Salado al Río Bravo y ayudar a los Estados Unidos con el tema del agua», dijo García en la segunda reunión de gobernadores del noreste con el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar.
- Era necesario, pero lo politizaron: activistas
A la distancia, ahora empresarios y activistas reconocen que Monterrey VI era necesario, pero que se politizó usando como argumento la «voracidad» con que se iba a manejar en proyecto.
El activista Gilberto Marcos Handal señaló que, si no se hubiera cancelado, ahora los regios no tendrían problemas de cortes de agua, pero que también influyó que en su momento lo trataron de convertir en el negocio de unos cuantos.
«No estaríamos en esta situación si se hubiera hecho y, acuérdate, insisto, se satanizó precisamente por los excesos y por la corrupción que se sospechaba había en aquel momento, pero de no haber pasado eso, yo creo que igual tendríamos el agua del Pánuco en este momento.
«Hay que recordar que ese proyecto se satanizó precisamente por la voracidad con que se manejó en tiempos de Enrique Peña Nieto como presidente, pero no necesariamente porque fuera un proyecto malo o inviable, simplemente pues inflaron los números de tal manera que la sociedad no iba a permitir que hubiera ese tipo de corruptelas», afirmó Marcos Handal.
- Empresarios hoy lo apoyan
Humberto Armenta, presidente de la empresa Regiomontana de Construcción y Servicios (Recsa), compañía que era parte del consorcio encabezado por Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa, la cual obtuvo el contrato para construir Monterrey VI, dijo que hubo «mucha manipulación» de un proyecto que era la única alternativa para el abasto de agua.
El también expresidente de la Cámara de la Industria de la Construcción de Nuevo León (CMIC) dijo que él ya no tiene interés económico en el tema, pues cedió sus derechos y obligaciones, pero sigue creyendo que Monterrey VI se cayó por esa politización.
«Hubo asociaciones, voceros, representaciones de diferentes grupos, que se sumaron a la condena de este proyecto, alegando cosas como, por ejemplo, que el río Tampaón no tenía suficiente caudal como para compartir este volumen de agua con Nuevo León, cosa que era completamente falsa; se empezaron a complementar argumentos falsos sobre suposiciones.
«Básicamente, se politizó, porque hubo dudas de corrupción tanto de algunos socios del consorcio, como del propio gobierno saliente, del gobernador Rodrigo Medina, y entonces en esas acusaciones que se hicieron y señalamientos, se dudó de la probidad de la estructuración de este proyecto y se generalizó en la opinión pública una condena hacia el mismo», señaló Armenta.
Por su parte, el economista y abogado Horacio Lozano dijo que Monterrey VI sigue siendo la mejor opción, ya que las fuentes actuales de las que depende Nuevo León siguen sujetas a las condiciones climáticas y, por el contrario, el Río Pánuco cuenta con excedentes.
De acuerdo con el especialista, lo único que se debe replantear ahora es el esquema para financiar el proyecto, evitando así que se generen controversias como las que se vivieron en el pasado.
«Si te dieron una concesión de 15 m³/s y te lo traes, ok es más costoso. En tiempos del exgobernador don Alfonso Martínez Domínguez, cuando se decidió a hacer la presa Cerro Prieto, los números salían mejores en esa alternativa, porque no había una economía a escala, la población era menor, entonces pues no te resultaba rentable traerla de lejos.
«Pero ahora, en esta ciudad de casi 5 millones y medio de habitantes, ya tienes el tamaño y economía escala para traértela del Pánuco», indicó Lozano.
El experto en economía resaltó que es una fuente confiable frente al incremento en el consumo que ha tenido la ciudad en la última década, el cual fue del 41 por ciento.
¿En qué consiste el proyecto?
El proyecto para traer a Nuevo León hasta 473 Millones de metros cúbicos (Mm³) de agua al año desde la cuenca del río Pánuco, en su paso por San Luis Potosí, fue nombrado anteriormente como Monterrey VI.
Para lograrlo, se requiere de la construcción de un acueducto de 372 kilómetros que irían desde San Luis Potosí hasta la presa Cerro Prieto, en el municipio de Linares.
La obra se ubicaría en las proximidades de la confluencia de los ríos Tampaón y Moctezuma, en el estado de San Luis Potosí.
El objetivo del proyecto era extraer en un inicio 5 metros cúbicos por segundos (m³/s) de agua, a partir del 2015, que se estimaba arrancar con los trabajos para su ejecución hasta el 2026; luego se elevaría a 10 m³/s para 2027 y 15 m³/s en los siguientes años.
Según los análisis del plan, de esta manera Monterrey VI garantizaría el abasto de hasta 50 años para unos 6 millones de personas, cerca de la cifra actual de la población.
El costo del acueducto era de $14,161 millones de pesos, pero algunas voces se opusieron argumentando que, con el esquema de financiamiento, mantenimiento y operación, generaba un costo total final de más de $60,000 millones de pesos.
En ese entonces, el tiempo de construcción del acueducto se calculaba en 36 meses.